En la Montaña Alta de Guerrero se halla una legión de productores y productoras indígenas Me’phaa, que labran tierras ricas en biodiversidad, y que históricamente fueron importantes para la propagación de la semilla del café.
Aunque Guerrero está pintado con una luz desfavorable por la estela de violencia, el narcotráfico, el machismo y la pobreza, hoy en día sus cafés especiales están ayudando a pasar la página, y a construir un futuro más próspero para las comunidades y las nuevas generaciones.
En este origen, donde se produce un 80% de café natural, se teje una resistencia a través de la conservación de prácticas ancestrales, milenarios suelos, variedades tradicionales y sistemas agroforestales.
Montaña Roja brinda una taza con fragancia a cacao, frutos maduros y vainilla. Predominan los sabores azúcar morena, frutos amarillos y chocolate amargo; con acidez sutil, cuerpo cremoso y retrogusto a nuez.